La Acción Social Naval del Pacífico lideró la realización de las primeras comuniones de los hijos de nuestros tripulantes acantonados en la Fuerza Naval del Pacífico, así como las confirmaciones de jóvenes y adultos.

Durante dos meses, 23 niños se prepararon para recibir Sacramento de la Eucaristía transformado en pan (hostia) y en vino, como símbolos que remiten al cuerpo y la sangre de Cristo, con el apoyo y acompañamiento de sus padres.

Un proceso similar, vivieron los 12 adultos que recibieron en el sacramento de la confirmación al Espíritu Santo, algunos de ellos como preparación a los matrimonios colectivos.

La ceremonia eucarística estuvo presidida por Monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya, Obispo de Buenaventura, que llegó aproximadamente hace un mes a la región, desde la ciudad de Pereira, con 25 años como sacerdote. Durante su sermón, se refirió a varios de los mensajes expuestos por el Papa Francisco, para que los jóvenes se atrevan a soñar en grande, como esperanza y futuro de Colombia.

Así mismo, Monseñor Jaramillo ante los micrófonos de la Emisora Marina Stereo, manifestó su alegría y cumplimiento de un sueño al visitar esta Unidad de las Fuerzas Militares. Agregó, “Yo valoro el trabajo de la Armada a través de la Fuerza Naval del Pacífico y de toda la Fuerza Pública, porque son seres humanos que buscan el bienestar del país, entregando y arriesgando su vida para servir, sacrificando sus gustos personales, su familia, su cultura, al insertarse en otra realidad, como la del Pacífico colombiano con sus diversas situaciones complejas. A pesar de la adversidad, colocan el pecho a las diferentes problemáticas. A estos hombres, es a los que como Iglesia nos interesa darles nuestra voz de aliento”.

La Fuerza Naval del Pacífico junto al Obispado Castrense continuarán trabajando por el bienestar de los tripulantes y sus familias, para que caminen por la vida de la mano de la palabra de Dios.

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